cuando alguien me mira y me dice una verdad,
no la verdad, sino una verdad,
una verdad hecha con trozos de muela y coágulos de nudo de garganta,
una verdad hilo de aire entre piedras,
una verdad escondida de las luces y los aullidos,
una verdad como pájaro herido envuelto en una servilleta de la cocina y recogido en unas manos,
digo
que cuando alguien me mira y me dice una verdad
yo puedo llamarle amigo.
