
En esta última entrega del viaje a Colombia os quiero contar algunos detalles que me he encontrado en este hermoso país y no sabía muy bien cómo agrupar alrededor de un tema. También añado fotos curiosas que complementan lo que cuento:
• La ducha no suele tener dos mandos, uno para el caliente y otro para el frío, sino que hay uno solo, con la mezcla de temperatura ya hecha y…apáñate.
• Colombia es la fantasía de los amantes del dulce. Sobre todo en estaciones de bus, no sé por qué, existe un abanico de cosas azucaradas, rebozadas, aliñadas, que no acaba nunca. De hecho, hay un dulce que roza lo imposible que se llama helado frito. Helado frito, flipas. Afortunadamente también tienen su gran repertorio de frutas, para compensar, y de las que soy fan al 100%: guababana, lulo, tomate de árbol, guayaba, maracuyá (en la foto), nona, acai, gulupa, feijoa, chontaduro, guineos (en la foto), borocó, copoazú, mango, mamoncillo, etc. Las hormigas culonas, que en teoría están deliciosas, a mí no me sentaron del todo bien y me tocó pasar una noche en vela interrumpida por picor por todo el cuerpo y friegas de agua fría 😅




• Además de café, Colombia exporta flores y es porque rebosa de ellas, en cualquier parte del país las calles están llenas de flores variadas.
• Durante este viaje he estado leyendo varios libros, que me han ayudado a entender mejor Colombia: Guía de Lonely Planet, Los cuentos completos de García Márquez, Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galiano y La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile de Gabriel García Márquez.


• Me llama la atención lo estadounidense que puede ser un país como Colombia. No su folcror, no su imaginario, sino su actualidad, su día a día. Porque la colonización española es cosa de la historia, que llega hasta el presente, pero la verdadera colonización hace tiempo que es yankee. Camiones enormes, de marcas norteamericanas, ingenierías, baños y útiles cotidianos no tienen un estilo colombiano ni español, sino de EEUU.
Porque el modelo, al final, es el modelo de las películas, el triunfador, y además LATAM en general y Colombia en concreto ha sido dominada económicamente. Por las buenas o por las malas y pienso en golpes de estado, dictaduras, guerrillas y paramilitares, pero también cuchicheos y puñetazos en la mesa que provocan alzas de precios y cambios de gobiernos miles de kilómetros al sur…
¥ Bogotá es un parche
Tengo la suerte de poder quedarme en Bogotá en la casa de la familia de mi novia. Y esto no es baladí, porque compartir rutina con Sandra, Jeison, Luz Marina, Veitiere, Sharity y Lorena ha añadido una profundida especial y única a un viaje tan poderoso y único como ha sido este viaje a Colombia. Gracias por hacerme sentir uno más.

Ahora, sobre Bogotá, como ciudad, os cuento yo podría decir que he conocido Bogotá, pero eso no es cierto. He conocido la parte visible de la ciudad para alguien como yo, un turista, por mucho que lo quiera evitar, y que además es visto así por todos los habitantes de la ciudad.
El tema transporte es bastante pesado, lento, caro, casi siempre con atasco continuo y en algunos lugares también es peligroso. Y mira que a mí me gusta usarlo, porque creo que es la manera de conocer un lugar, pero preferimos usar una aplicación llamada DIDI que costaba unos 3 € aproximadamente (17.000 $ pesos colombianos) por viaje. Evitamos problemas y no nos arruinamos.
Otro de los focos de nuestros viajes fue el mundo libro, llamémoslo así, y de sus ecosistemas. Fuimos a bibliotecas públicas, privadas, librerías grandes, pequeñas y a venta callejera de libros. Trajimos buenos libros, curiosos, que os iré contando por aquí con un poco de tiempo… y sin prisas.

