Carta a Henri Parisot, por Antonin Artaud

«Cuando recito un poema, no es para ser aplaudido sino para sentir los cuerpos de hombres y mujeres, he dicho los cuerpos, temblar y vibrar al unísono con el mío, virar como se vira de la obtusa contemplación del buda sentado, muslos instalados y sexo gratuito, al alma, es decir, a la materialización corporal y real de un ser integral de poesía»

Antonin Artaud, Carta a Henri Parisot

Pequeña crónica del III Taller de slam en Matadero: «Del papel al escenario: conexión con el público». Salva Soler. (Organizado por Poetry Slam Madrid)

La charla o taller se desarrolló en las Naves del Matadero, en Madrid, el sábado 26 de febrero de 2022.

Tomé notas, más o menos han quedado claras en mi cuaderno, pero si hay alguna cagada o inexactitud en este texto, la culpa será mía, mi mala memoria y/o mi mala letra. También puede ser que estuviera haciendo algún taller y no apuntara las cosas. Salva Soler domina perfectamente el qué, el cómo y el por qué de la poesía oral y los asistentes lo sentimos. Diría que la mitad más o menos repiten y ya estuvieron en la 2ª edición.

Salva nos cuenta que somos contadores de historias, que esa es la base. Parece simple, pero oye, cuando te enredas en cómo tienes que recitar, cómo tienes que mirar, qué tienes que hacer con las manos…pues se puede perder el foco de qué es lo primero y más importante.

Nos cuenta que todos tenemos una cadencia, y tenemos que usarla como herramienta, adaptando nuestro texto y siendo muy conscientes de qué vamos a contar y cómo lo vamos a hacer. Que todas las elecciones sean con sentido. El objetivo es ir a la verdad, al final es una carrera con uno mismo.

Qué hacer antes de que te toque interpretar tu poema: él comenta que él suele estar activo, respirar, forzar situaciones de respiraciones rápidas y lentas, bien por la nariz (para calmarese) o por la boca (para activarse).

También comenta que algo que suele servir, a la hora de memorizar y exponer un poema, es pensar en ese poema no como un texto ajeno, sino como una historia que estás contando a alguien conocido. Haber vivido el poema.

Es importante que, si se usa papel, no te encierre.

Los primeros 30 segundos que estás en el escenario sirven para aclimatarse, hay que ser consciente de ello para no exigirse la perfección en estos primeros momentos. Vendrá luego.

El poeta, como escritor y como representador del texto, es una herramienta para que el poema llegue al espectador. Nosotros fuimos importantes al crearlo, ahora «solo» lo interpretamos (las comillas las he puesto yo).

El contacto visual es importante. Hay que definir a quién le vamos a hablar durante el poema. Si puede ser alguien que esté en el centro del público, mejor. También se puede jugar con el texto y teorizar que hay varios destinatarios, etc. Distintos focos.

De todos modos, todas estas capas no deben distraernos de lo que hemos contado antes. Estamos contando una historia, esto es lo principal.

Comunicar es marcar las consonantes (ejercicio útil puede ser ponerse un bolígrafo en la boca para recitar el poema).

Contar con los matices de la propia historia, ninguna es plana, ni siempre hacia arriba ni siempre hacia abajo. Que esas subidas y bajadas sean porque el texto lo pide, que no sea gratuito o caprichoso.

El lenguaje no verbal es muy importante (en teoría, el 80 % del todo).

(Esta fue, más o menos, la charla teórica. Después hicimos varios ejercicios con nuestros textos. El primero, y que es el que más recuerdo, consistía en hacer varios grupos. Por turnos, cada uno se ponía en el centro y empezaba a recitar un poema de memoria (preferiblemente) sin apartar los ojos de los demás miembros del grupo. Estos, le indicarán emociones para que vaya adaptando el texto a ese tono, primero por orden (por ejemplo, en el sentido de las agujas del reloj), luego más rápido y luego de manera aleatoria).

Y chimpún. Os dejo un vídeo de uno de sus poemas, de regalo:

y una charla TEDx:

1 ¿Qué es una jam session de poesía? Las piezas del puzle de la poesía escénica – 1.1. Poesía oral, breve recorrido histórico

(Esta publicación pertenece al libro Convivir poesía, conbeber poesía: El fenómeno de las jam sessions y la poesía oral en el Madrid del siglo XXI)

Para poder entender el concepto jam session debemos ir al origen, al concepto mismo de poesía oral. Antes de nada, debemos delimitar las diferencias que podemos encontrar entre esta poesía oral y la poesía escrita —y, por extensión, de su expresión oral y la escrita— y qué características tiene cada una de ellas y su evolución hasta el día de hoy.

Hay que tener en cuenta que el lenguaje es, en primer lugar, oral y después escrito. Aparte de nuestra propia experiencia personal (nosotros mismos como habladores/escuchadores, nosotros mismos como escribidores/lectores, en ambos casos codificadores/descifradores), solo cabe tener en cuenta el hecho de que, si el Homo sapiens tiene 40 000 años, la escritura tiene apenas 6 000. Por lo tanto, cuando hablamos de escritura, estamos hablando de una oralidad evolucionada, un paso más allá: «la lengua hablada y la signada son la manifestación básica o primaria del lenguaje, mientras que la lengua escrita (…) es secundaria[1]».

Además, en las sociedades anteriores a la escritura, el uso del verso recitado «suponía una manera colectiva de asumir el mundo: los textos recitados en voz alta no dejaban traslucir la separación entre palabras y todo era un continuum, incluida la identificación entre voz y cuerpo, del que el público participaba también como una única entidad[2]».

Pero la expresión oral tenía una tremenda limitación: no se mantenía en el tiempo. Al menos no de una manera física, objetiva y perdurable. El lenguaje oral permanecía en el imaginario colectivo gracias al intercambio de información entre los individuos de la comunidad, pero modificándose, cargándose de (y perdiendo) diferentes sentidos y significados.

Por ello se buscó fijar el lenguaje, hacerlo perdurable, homogenizarlo e inevitablemente limitarlo (en la escritura se pierden muchas características que enriquecen un mensaje, dado su carácter unificador y utilitario). La aparición de códigos de escritura sistemáticos «representó un inmenso paso adelante en la historia de la humanidad, más profundo a su modo que el descubrimiento del fuego o de la rueda: porque si bien estos últimos facilitaron al hombre el dominio de su medio ambiente, la escritura ha sido la base del desarrollo de su conciencia y de su intelecto, de su comprensión de sí mismo y del mundo que lo rodea[3]».

Pero este avance, pese a la importancia que le otorga Diringer, no contó con unanimidad desde sus inicios. De sobra es conocida la opinión de Sócrates (en boca de Platón) sobre este tema en los Diálogos de Fedro[4]:

Ella no producirá sino el olvido en las almas de los que la conozcan, haciéndoles despreciar la memoria; fiados en este auxilio extraño abandonarán a caracteres materiales el cuidado de conservar los recuerdos, cuyo rastro habrá perdido su espíritu. Tú no has encontrado un medio de cultivar la memoria, sino de despertar reminiscencias; y das a tus discípulos la sombra de la ciencia y no la ciencia misma. Porque citando vean que pueden aprender muchas cosas sin maestros, se tendrán ya por sabios, y no serán más que ignorantes, en su mayor parte, y falsos sabios insoportables en el comercio de la vida.

En el caso de la poesía, pese a que existiera el lenguaje escrito, la modalidad más extendida fue la oral hasta hace apenas dos siglos, ya que «este gran cambio de la poesía oral a la escrita producido en el siglo XIX es debido, en parte, a que con el romanticismo se intensifica el valor de la intimidad (…) y del lirismo íntimo[5]», privilegiando la visión personal del autor frente a la obra colectiva. La poesía oral era entendida como intercambio, acto colectivo, no tanto como expresión propia y limitada del autor.

Este hecho es muy interesante, pues tiene ramificaciones en otros ámbitos que alcanzan, incluso, al cómo se distribuye el «producto cultural» y que veremos más adelante en este trabajo, ya que la publicación o manifestación del poema configura inevitablemente su difusión y la recepción por parte de la audiencia/los lectores.

Es muy interesante también que entendamos la poesía oral como «poesía primaria», inicial, porque por la deformación de lo conocido parece que lo normal, lo primario, es la poesía escrita y publicada. Y en cuanto al tipo de manifestación que supone la poesía oral que trataremos en este trabajo, estaríamos hablando del segundo tipo de oralidad según la clasificación que Paul Zumthor hizo en su libro Introducción a la poesía oral[6]:

existen tres tipos de oralidad teniendo en cuenta el papel que juegan las influencias culturales: la oralidad pura, sin ningún tipo de contacto con la escritura, propia de las sociedades arcaicas, primitivas, desaparecidas hace tiempo; la oralidad mixta o secundaria, en la cual hay contacto con la escritura y con los medios de comunicación, de manera que este hecho la condiciona y matiza; y la oralidad mediatizada, donde la voz, el lenguaje, pasa a ser un vehículo exterior técnicamente moldeado por los medios. La voz, en todas las manifestaciones de la oralidad, se convierte en una característica esencial: la voz como vehículo expresivo, como objeto comunicador; el tono de la voz, la fuerza, las melodías, las imitaciones. Y esta voz va acompañada de los gestos, las miradas, los movimientos, de suma importancia cuando hablamos de oralidad.


[1] Martínez Cantón, Clara Isabel. El auge de la nueva poesía oral. El caso del poetry slam. Castilla. Estudios de Literatura 3, 2012, p. 387.

[2] Carbajosa, Natalia. Oralidad, jazz y poesía, Jot Down, 21-09-2016. Enlace disponible en: http://www.jotdown.es/2016/09/oralidad-jazz-poesia-ruth-weiss/

[3] Diringer, David. Writing (Ancient Peoples and Places), Thames & Hudson, 1962, p. 19.

[4] Platón. Obras completas Tomo 2, Madrid, edición de Patricio de Azcárate, 1871, p. 340-341. Online en: http://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf02257.pdf

[5] Martínez Cantón, Clara Isabel. 2012.

[6] Zumthor, Paul. Introducción a la poesía oral, Madrid, Taurus Humanidades, 1991.

Pequeña crónica del II Taller de slam en Matadero: La historia de la declamación poética. Marçal Font. (Organizado por Poetry Slam Madrid)

La charla o taller se desarrolló en las Naves del Matadero, en Madrid, el sábado 29 de enero de 2022. Había frío, pero también muchas ganas. Somos unas 15 personas y la mayoría es joven o muy joven (¡bien!). Tomé notas, más o menos han quedado claras en mi cuaderno, pero si hay alguna cagada o inexactitud en este texto, la culpa será mía, mi mala memoria y/o mi mala letra. Espero que la lectura de esta pequeña crónica sea tan o más divertida y provechosa de lo que fue la mía:

Marçal nos comenta, para empezar (o al menos así lo recuerdo yo). que la parte performativa, oral, de la poesía ha sufrido un gran olvido. Su charla de hoy va a intentar corregir ese olvido (esto lo digo yo). Nos cita la Poética de Aristóteles, que tiene un planteamiento oral pero también escrito, y también nos habla de la Retórica, en la que nos dice que se habla mucho de lo performativo. La parte visual de Aristóteles ha estado muy perdida hasta ahora.

Marçal nos comenta el término cantinela, que es una prosodia, ese «soniquete» que se tiene al leer poesía, más artificial que orgánica, y que hoy en día estamos repitiéndolas de poemas anteriores. No generamos cantinelas nuevas, desde nuestros propios poemas, que sean orgánicas y que sean el resultado de habernos arriesgado a jugar y probar.

Nos habla de Gabriela Ortega, declamadora flamenca, y que para él es la mejor declamadora que ha conocido/visto. Hizo su historia en Hispanoamérica y fue olvidada.

Comenta que hay que usar también en el verso libre los silencios y todas las herramientas posibles. El poema en el micro abierto es un poema en proceso, hay que aprender, está a prueba, pero hay que presentarlo también ante diversos públicos y así crecerá. Es muy importante grabarse y escucharse para mejorarlo y saber qué parte potenciar y qué no. Hay que buscar la eufonía, como el soneto, que es agradable al oído.

Al pensar en un poema de 3 minutos, debemos pensar cómo llenar ese espacio, las repeticiones, el final emotivo, etc. Es cuestión de método. Teoría del 70/30 (70 de subida y 30 de bajada)

La primera poeta conocida fue Enheduanna, que es parte de esta poesía antigua, de salmos y poesía oral, en la que la parte escrita es solo parte anecdótica de un mensaje oral, en un contexto concreto. En Grecia había 12 tipos declamatorios.

Marçal comenta que él ha escrito muchas veces el poema desde lo oral, no al revés. No un texto envuelto con un ritmo. Hay que jugar, probar cosas, ponerse en la posición de cambiar y mejorar. También es importante que trabajemos la dicción.

Como ejemplo de poema brutal, performativo, con cambios y colores dentro de él, en su prosodia, nos leyó el poema Sollozo por Pedro Ajara, de Efrai Jara Idrovo, poeta ecuatoriano. Enlace aquí:

A la hora de recitar hay que imaginarse arcos. La poesía anclada a arcos internos, arquitectura textual. Reescribir es ganar, la pérdida es ganancia. Arcos para saber desde donde, durante y dónde acabar.

Pequeños apuntes que pillé por aquí y por allá:

  • Según San Agustín hay 4 tipos de lecturas:
    • Analógica.
    • Metafórica.
    • Política.
    • Literal.
  • Renglonear – Hacer pausas en tu texto concreto.
  • Dylan Thomas, afán por la musicalidad. Enlace:
  • https://www.youtube.com/watch?v=Tiw3uOT2eUc
  • Decir poesía ≠ interpretar poesía.
  • Octavio Paz – Petrificado/petrificante.
  • ¡Lola Flores inventó el rap en España!

Nueva cubierta de Convivir poesía, conbeber poesía

Esta es la cubierta de la crónica-investigación-ensayo sobre el acto de subirse a un escenario a leer poemas/abrirse el pecho/hacerse fotitos para las redes sociales.

La poesía oral, la jam session, el arte performativo y la cultura del espectáculo, todo metidito en este libro.

(Hasta el 31 de diciembre, compra el libro en la preventa. Más info aquí: